Cafetería de la facultad de ciencias, Ciudad universitaria, UNAM.

Publicado en 18 Marzo 2014

México, Distrito Federal, 18 de febrero de 2014

Carta de una estudiante de la facultad de ciencias

Comunidad universitaria:

Me dirijo a ustedes debido a la imposibilidad de presentar una queja en el comedor de la facultad de ciencias por las inconsistencias que existen en el proceso de selección de estudiantes beneficiarios de las becas – trabajo que el comedor ofrece.
El día de hoy me presente por cuarta vez a la convocatoria de las becas – trabajo que ofrece el comedor de la facultad de ciencias. Una vez más no resulte seleccionada, y no hay lio con eso, ya me voy acostumbrando. El problema fue que las tres veces anteriores en que me he presentado a la convocatoria puntualmente me he dado cuenta de que: primero, no existe ningún proceso de selección para elegir a los nuevos becarios; es decir, no importa si tienes excelentes calificaciones, si eres estudiante de la facultad de ciencias o de cualquier otra facultad o universidad, si eres estudiante regular o si llevas montones de semestres sin aprobar más que una materia cada semestre, si eres verdaderamente de escasos recursos y puedes probarlo; en fin, que no existe ningún criterio para el proceso de selección; segundo, que uno puede llegar hasta quince minutos después de la hora fijada en la convocatoria (dependiendo del reclutador) y seguir siendo elegible para la vacante; tercero, que dependiendo de qué persona este organizando la convocatoria “las reglas” cambian. Según me enteré, y como muchos deben saber, la cafetería se “rige” por un comité que es quien toma las decisiones que se llevaran a cabo y se supone que todos tengan los suficientes valores morales para ser responsables de sus actos, de su trabajo y en general con la comunidad; naturalmente que eso no siempre ocurre. Dos de las tres ocasiones anteriores en que me presente yo muy puntualmente a la convocatoria, hubo personas que llegaron 15 minutos tarde y fueron admitidas para participar en ella; incluso en la ocasión en que el “proceso” se llevo a cabo fuera de la cafetería la gente que iba pasando por ahí y quiso quedarse al proceso (aunque fueran las 4:20pm y la cita fuera a las 4:00pm) lo hizo y algunos incluso lograron hacerse con las becas. Naturalmente estaba yo muy inconforme con ese hecho pero pensaba que el proceso era lo bastante arbitrario y desorganizado como para que existiera la posibilidad de que alguien me solucionara algo. Todo eso lo podía soportar yo sin demasiado problema; pero el problema vino hoy, hoy que yo necesitaba un poco de apoyo, un poco de solidaridad, de comprensión y de tolerancia, hoy que tuve que ir a que sacaran sangre a las 7:00am a la clínica del IMSS, después con el especialista al hospital de los venados del IMSS, luego a clases de 9:00am a 2:00pm; así pues no tuve tiempo (y siendo honestos, tampoco dinero) para poder desayunar y a las 2:00pm que tenía que estar en el comedor estaba molida, al borde del desmayo y con rumbo a mi casa porque había olvidado, en medio de mi malestar, el compromiso que tenía –literalmente- agendado. Volví corriendo a la cafetería, no reconocí el lugar en que se llevaba a cabo el proceso (regularmente hay más gente y también regularmente hacen el llamado a gritos en medio del comedor cinco minutos después), así que ronde por ahí buscando a la gente y me dirigí a donde sospechaba era el proceso, cinco personas solamente. Le pregunte a la chica si era ahí el lugar en donde estaban llevando a cabo el proceso y me dijo que sí pero que darían prioridad a los que sí llegaron puntuales, le comente lo que me había ocurrido y dijo que sería decisión de los cuatro “caballeros” que estaban con ella, todos se miraron con cara de “ni modo” y después la chica me dijo que siempre se daba prioridad a los que llegaban puntuales, me consta muy bien que eso es mentira totalmente y se lo hice saber diciendo como había sido en otras ocasiones, me dijo que ella no sabía cómo habría sido antes pero que en general se daba prioridad a los que llegaban puntuales (pues yo sí sé como ha sido en otras ocasiones y nunca antes se había dado prioridad a los que como yo llegan puntuales), -¿pero entonces cómo? ¿Qué no dijo que siempre? ¿Entonces siempre o no siempre?- que extraño que en todas las otras ocasiones en que me toco ir no se me dio prioridad por llegar temprano. Le explique mi situación, le dije que podía mostrarle mis papeles del IMSS, me contesto que no era necesario que me fuera que estuviera pendiente a la otra convocatoria para el turno de la mañana, (pero yo no puedo en la mañana y por eso fui a la convocatoria para el turno vespertino), le dije que justo en otras ocasiones en que había ido los organizadores habían hablado de que ellos eran tolerantes cuando uno llegaba tarde por situaciones extraordinarias, le dije que yo sabía que esas cosas no pasaban todo el tiempo pero que ese día a mi me habían pasado y que siempre había llegado temprano. Se mostró absolutamente inflexible, cero tolerante. Me fui y lloré, fui a explicarle lo mismo y más a detalle a un al chico de la caja; el chico me dijo que ahí no había gerente ni autoridad, que cada quién en ese momento ella era la jefa absoluta del proceso, que ella organizaba y ella decidía y no había ninguna autoridad superior a ella en ese proceso, que no se podía hacer nada, que yo podía estar todo lo inconforme que quisiera con la injusticia pero no se podía hacer nada. ¿Qué? ¿Y sus valores morales? ¿Y su responsabilidad social? ¿Y su solidaridad, responsabilidad, tolerancia y empatía? ¿Dónde están los valores de los que tanto se jactan? Dicen una cosa y a la primera oportunidad muestran su verdadera cara. Son unos hipócritas, son injustos y sus procesos arbitrarios. Estaba furiosa, lloraba, no me podía contener a mi misma por la impotencia que me causaba ser víctima de tantas injusticias en los tres procesos en los que participe, y ahora, y sobre todo en este. Le pregunte al chico de la caja que si quería justicia con quién la podía reportar, con quién podía quejarme, como podía hacer justicia, dijo que con nadie. Le dije que si entonces mi única solución era pagar a alguien para que la matara (en ese momento hubiera deseado poder hacer justicia en mis propias manos, golpearla, matarla, estaba furiosa qué sé yo), se rio, me dijo “no te lo tomes personal”. ¡Pero claro que es personal! He visto tres veces llegar a muchas personas tarde y quedarse con la beca ¿qué pasa? ¡Claro que era personal! Había tenido un día terrible, estaba a punto de desmayarme de hambre ¿y no pudieron hacer una excepción? A pesar de ser lo moralistas que dicen que son. Me siento defraudada, me siento victima de ese “sistema”, que de hecho no lo es. Ya no me interesa trabajar ahí, a pesar de que es un trabajo que claramente me conviene por el horario y la cercanía. Pero quiero justicia, quiero que haya un cambio en la administración de la cafetería pues claramente no funciona. Sé que evaden impuestos, sé que son arbitrarios en los métodos de selección de becarios ¿Qué más arbitrario que una rifa? Sí, porque así es como terminan entregándose las becas, sé que hacen excepciones cuando quieren y que son falsos los valores que profesan. Sé que sólo son un conjunto de personas que pretenden arreglar todo a base de huelgas; incluso nos dijeron que preferían contratar al menos 60% de estudiantes de la facultad de ciencias porque cuando vienen las huelgas y quieres quitarlos de la administración les sirven para resistir y conservar el poder, eso fue lo que dijo la señora que organizaba la tercera vez que fui a la convocatoria. Curiosamente, la mayoría de las personas que conozco que trabajan ahí son de ingeniería y de derecho. Creo que, al menos yo, estaría más cómoda, y tal vez no soy la única, si pudiera hablar con el gerente cada vez que algo no marchase bien en la cafetería, si pudiera comentarle a alguien lo que considero injusto o incorrecto en ella y que ese alguien me ayudara a solucionar el asunto. Tal vez el problema ni siquiera sea el sistema que rige a la cafetería sino las personas inmorales que en ella operan. Creo que quienes administran la cafetería son los típicos “paleros” que quieren resolver todo a base de huelgas y por la fuerza del grupo y la presión social; no así todos los empleados, pues me consta que existen empleados con mucha calidad humana.

Sin otro particular, me despido; no sin antes agradecer la atención, apoyo e interés que le prestaron a mi historia. Sólo escribí esto porque quiero que se sepa lo que pasa, quiero que esto no quede en el olvido y quisiera también que no quedara impune este tipo de abusos y arbitrariedades.

Gracias por leer. Un abrazo.

Att. Una alumna de la facultad de ciencias de la UNAM que tiene 9.75 de promedio, que es alumna regular, que es de provincia, de escasos recursos y está en busca de empleo.

Escrito por E&E

Etiquetado en #Facultad de ciencias, #UNAM

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